Enviado al campo para ver si estaba
ya a punto para ser segado, el muchacho volvió a su padre y le dijo:
- Me parece que la cosecha será muy
pobre, padre mío.
- ¿Por qué? – le preguntó éste.
- Porque he notado que la mayor parte
de las espigas están dobladas hacia abajo, como desmayadas, seguramente que no
valen nada.
- ¡Mi hijo pequeño!- le dijo su
padre. – Has de saber que las espigas que viste dobladas, lo están por el peso
del grano, en tanto que las que están levantadas, rectas hacia el cielo, pueden
hacerlo porque están medio vacías.
Así en la vida de los hombres. Cuando
alguno levanta la frente lleno del mal orgullo, es porque en su interior tienen
bien poco peso de juicio.
El hombre sabio, cuanto más sabe, más
siente la humillación de lo que le falta saber.
El hombre de veras noble de corazón,
no puede enorgullecerse de ello, porque conoce cuánto más noble debería ser.
Mateo 7:15-17 Y guardaos de los
falsos profetas, que vienen á vosotros con vestidos de ovejas, mas de dentro
son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Cógense uvas de los espinos,
ó higos de los abrojos? Así, todo buen árbol lleva buenos frutos; mas el árbol
maleado lleva malos frutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario